Desarrollo Infantíl
Desarrollo psicológico del niño de 9 a 10 años
Los niños de esta edad se comparan constantemente con los demás para autoanalizarse y valorar su aceptación social. En esta edad ellos van configurando su personalidad, por lo que se pueden notar con claridad sus cualidades y actitudes. Muestran entusiasmo por las cosas y una gran cantidad de energía física, lo que hace aconsejable la práctica de algún deporte que facilite la descarga y el autodominio. Suelen comer bien, por lo que el rechazo o la voracidad hacia la comida tiene más bien un significado afectivo, como oposición a los padres. A veces, el conflicto viene de muy lejos, de los primeros años de infancia.
En este período la autoridad de los padres deja su protagonismo para dejar espacio a la propia autoridad interna del niño, que cada vez le irá guiando más en sus acciones. Necesita decidir por sí mismo cómo actuar y no le gusta que sus padres reaccionen con autoridad excesiva. En cuanto al desarrollo de su inteligencia, presenta importantes avances:
- sabe contar sin utilizar los dedos.
- soluciona problemas matemáticos en los que se combinan diferentes operaciones.
- comprende la relación causa-efecto.
- es capaz de razonar, analizar y extraer conclusiones, aunque sobre hechos o cosas concretas, pues aún no puede hacerlo en abstracto.
Su memoria visual está más desarrollada que la auditiva, por lo que retener información oral le cuesta más que retener la información que ve escrita.
Los padres deben procurar que el niño mantenga interés por todas las materias escolares y apoyarle en aquellas en las que presente mayores dificultades. Esto ayudará a disminuir o evitar el fracaso escolar y a mantener su interés por aprender cosas nuevas. Si se observa un cambio negativo en un niño que siempre ha sido exitoso en el ámbito escolar, se debe intervenir inmediatamente a través de un psicólogo infantil que pueda analizar e intervenir, ya que esta situación podría condicionar el resto de su vida escolar.
A esta edad, las niñas suelen ser mucho más maduras que los niños, y dedican casi el mismo tiempo a hablar que a jugar. Se fijan mucho en la ropa que visten, y es el período en que aparece la llamada “amiga íntima”. Los niños, en cambio, corren sin parar, hacen rabiar a los grupos de niñas y prefieren los grupos pequeños a las parejas en lo que a juegos se refiere.
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