Ps. Katherine Julio R.

especialista en:

  • Psicodiagnóstico Infanto/Juvenil
  • Psicoterapia Infanto/Juvenil

 

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¿Cuándo buscar ayuda para su hijo/a?

Los padres son usualmente los primeros en reconocer cuando un hijo tiene un problema emocional o de comportamiento. Aun así, la decisión de buscar ayuda o consejo profesional puede ser difícil y dolorosa, pues, en muchas ocasiones, se hace difícil saber en qué momento esto es realmente necesario. Uno se resiste quizás porque considera que no le van a decir nada nuevo, o que en caso de hacerlo será cómo poner en entredicho su capacidad, como padre o adulto, de resolver determinado problema. Sin embargo, pedir ayuda, no sólo como padre, sino también desde cualquier rol o situación que la vida nos plantee, es una actitud de lo más madura y consciente, propia de alguien que usa su decisión y los medios que están a su alcance para afrontar determinada problemática. Muchas veces no sabemos si es suficiente o no lo que nos está ocurriendo, a nosotros o a nuestros hijos, como para consultar a un especialista. Ese punto o límite es algo totalmente individual y subjetivo, que queda marcado de forma distinta por cada persona.

Sin embargo, hay situaciones objetivas generales, que indican la necesidad de hacerlo:

  • Siente que las cosas le superan como padre/madre.

  • Su hijo es caprichoso y no sigue las pautas que usted le indica.

  • La relación conyugal se ha tornado pobre y no hay un buen clima afectivo.

  • Ud. ha vivido o está viviendo una crisis importante en la familia: pérdida del trabajo, mudanza de vivienda, cambio de escuela, muerte de un familiar o alguien allegado, una enfermedad grave, separación de su pareja, etc.

  • Su hijo tiene problemas en la escuela.

  • Su hijo tiene malas relaciones con sus compañeros.

  • Ud. castiga a sus hijos física y/o emocionalmente.

  • Su hijo le castiga a Ud. física o emocionalmente.

  • Su hijo es demasiado activo e inquieto.

  • Su hijo está deprimido, ha perdido interés por la vida o ha intentado suicidarse.

  • A Ud. le preocupan demasiado los aspectos de la adopción.

  • A su hijo le preocupa demasiado el tema de la adopción y Ud. no se siente capaz de tranquilizarlo.

  • La conducta, personalidad y amistades del niño han cambiado de forma drástica; quizás exista un problema de alcoholismo o drogas.

  • Ud. no se siente capaz o con fuerzas para encarar determinado problema.

A continuación se describen algunas señales específicas indicativas de que una evaluación por un Psicólogo de niños y adolescentes puede ser de gran ayuda:

 

Niños pequeños

picture1.- Cambios importantes en el rendimiento académico.

2.- Malas calificaciones en la escuela, a pesar de hacer un esfuerzo notable.

3.- Mucha preocupación o ansiedad excesiva, lo que puede manifestarse en su negativa para asistir a la escuela, acostarse a dormir o participar en aquellas actividades normales para un niño de su edad.

4.- Hiperactividad, inquietud, movimiento constante, más allá del juego regular.

5.- Pesadillas persistentes.

6.- Desobediencia o agresión persistente (más de 6 meses) y conducta provocativa hacia las figuras de autoridad.

7.- Rabietas frecuentes e inexplicables.

Pre-Adolescentes y Adolescentes:

 

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1.- Cambios marcados en el aprendizaje en la escuela.

2.- Dificultad para enfrentarse a los problemas, situaciones o actividades diarias.

3.- Cambios significativos en ámbitos de dormir o alimenticios.

4.- Muchas quejas físicas.

5.- Representaciones sexuales.

 

6.- Estado depresivo manifestado por un estado de ánimo y actitud persistentemente negativo, con frecuencia acompañado de apetito pobre, dificultad en el dormir e ideas relacionadas con la muerte.

7.- Abuso de drogas o de alcohol.

8.- Miedo intenso a tornarse obeso sin tomar en cuenta su verdadero peso al presente, purgar los alimentos o restringir el comer.

9.- Pesadillas persistentes.

10.- Amenazas de hacerse daño a si mismo o hacerle daño a otros.

11.- Comportamiento de infringirse heridas o autodestructivo.

12.- Arranques frecuentes de ira y agresión.

13.- Amenazas de irse del hogar.

14.- Violación persistente de los derechos de otras personas de forma agresiva o no agresiva; reto a la autoridad, ausencia a escuela, robos o vandalismo.

15.- Pensamientos y sentimientos extraños, comportamiento poco usual.

 

 

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